¿Qué es una contractura muscular?
Una contractura muscular es la contracción permanente e involuntaria de un conjunto de fibras musculares que provocan dolor.
¿Qué síntomas provoca una contractura muscular?
El principal y más conocido es el dolor muscular provocado por la contractura. Éste puede ser local (en la misma región de la contractura) o referido (a distancia de la contractura). Además, otros de sus síntomas son rigidez muscular y/o articular; pérdida de flexibilidad; impotencia funcional (pérdida o alteración de la función motriz); descenso de la fuerza muscular; alteración de la postura correcta (postura antiálgica que se adopta para “disminuir la sensación dolorosa”) y disminución de la movilidad.
El músculo, como cualquier otro tejido u órgano, necesita una correcta irrigación sanguínea; es decir, tiene que recibir un aporte sanguíneo adecuado para oxigenarse, nutrirse y eliminar productos de desecho. Y cuando no es así, se forma la famosa contractura.
El origen de las contracturas puede ser muy diverso. A continuación, mencionamos las siguientes:
¿Cómo tratamos las contracturas en nuestra clínica de fisioterapia?
Punción seca: para liberar los puntos gatillos o nudos que producen el dolor muscular.
Técnicas osteopáticas: para restaurar la funcionalidad tanto biomecánica como del sistema nervioso.
Ganchos o fibrólisis diacutánea: Cuando se forma adherencia del tejido cicatricial debido a la falta de movimiento, se forma una cicatriz que limita el movimiento.
Masoterapia (masajes): para mejorar la fisiología muscular; es decir, aumentar el aporte sanguíneo para la oxigenación y nutrición muscular.
Estiramientos: cuando existe un acortamiento muscular concreto o de una cadena muscular.
Actividad física (ejercicio terapéutico o adaptado a las condiciones físicas del paciente): para favorecer el correcto tono muscular, aumentar el aporte sanguíneo, fortalecer músculos inhibidos o atrofiados, mejorar las vías Neuro-Musculares, la interrelación entre el sistema nervioso y el sistema muscular.
Kinesiotaping-Vendaje Neuromuscular: como ayuda para relajar o tonificar un musculo.
Calor local: provocando una vasodilatación local, llevando más sangre al músculo hipóxico por la contractura.
Pero no podemos olvidar que quien padece la lesión es el paciente
Se trata de una persona sintiente que vive una serie de circunstancias cuya afección puede estar influenciando su dolor. Por lo tanto, es imprescindible: ENTENDER AL PACIENTE: un acercamiento siguiendo el modelo biopsicosocial; es decir, tener en cuenta los factores biológicos, psicológicos y sociales del paciente.
BIOLOGICOS: edad, género, genética.
Calidad de los tejidos |
Fuerza muscular |
Condición física |
Lesiones anteriores |
Enfermedades
PSICOLOGICO: salud mental.
Ansiedad/depresión |
Creencias y actitudes |
Miedos y esperanzas |
Estrategias de gestión de estrés |
Autoeficacia/Lotus de control
SOCIALES: Relaciones interpersonales.
Satisfacción laboral |
Situación familiar |
Estatus socioeconómico |
Dinámicas de soporte social
Para prevenir el dolor muscular o contractura lo principal es actuar sobre el origen. Para ello es esencial entender al paciente desde el modelo biopsicosocial para adaptar el tratamiento a las necesidades del paciente. Otras recomendaciones a tener en cuenta:
Sí, una contractura muscular se puede dar a cualquier edad. Es más probable que ocurra en adultos por la alteración en los correctos hábitos de vida y la obligación laboral que en muchos casos hace que se pasen muchas horas sentados frente al ordenador o realizando cargas muy pesadas, repetitivas e incluso en malas posturas.
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