Para que aparezca esta lesión será necesario un pinzamiento del nervio ciático o de cualquiera de las raíces nerviosas que lo componen; es decir, una presión y/o irritación mantenida y severa de este nervio a lo largo del tiempo.
Esta lesión puede estar causada por: hernia de disco o protusión discal de la columna, contractura muscular lumbar, por alteración de la fisiología del nervio, por malas posturas mantenidas en el tiempo, por traumatismo directo, por presión mantenida, por disfunción de la articulación sacro-iliaca, por espolón óseo, diabetes, tumor o estrechamiento de la columna.