Como habitualmente decimos, lo primero será el diagnóstico preciso de la lesión sin olvidarnos de las causas que lo han originado. Ya que para que la recuperación llegue a buen puerto es esencial no solo tratar propiamente el tendón, sino hacernos cargo de las causas y factores que lo predisponen para acabar con este problema ahora y que no reaparezca en el futuro.
Tal y como hemos mencionado anteriormente, una de las causas es la mala alineación articular que exige a una determinada parte del tendón a trabajar de manera inadecuada. Para ello es necesario hacer un estudio postural y un estudio biomecánico para ver la biomecánica global del cuerpo e identificar qué elemento del eslabón es el que nos está fallando.
Por otro lado, reeducar en el gesto motor cuando este se realiza mal. Para ello, empleamos tanto la propiocepción como el control motor.
En cuanto al tratamiento directo sobre el tendón, las técnicas que empleamos son la punción seca y la masoterapia para disminuir la carga que el músculo transmite al tendón. Para ello hemos de identificar que músculo o grupo muscular es el que está más afectado.
La fibrólisis diacutánea o ganchos: cuando existe una alteración a nivel de las fascias y de los tabiques intermusculares; es decir, cuando existe afectación de las cadenas musculares que intervienen en un segmento corporal.
Kinesiotaping: para disminuir la carga y repartirla adecuadamente, de manera simétrica en toda la extensión del tendón.